viernes, 11 de abril de 2014

Yo creí en Hitler


YO CREÍ EN HITLER
Autor: Von Schirach, Baldur


Septiembre 1965

Me encuentro en una habitación del Hospital Militar de Berlín-Spandau con los ojos vendados. Hace seis horas han vuelto a operarme, por segunda vez en esta ocasión, el ojo izquierdo. Estoy casi ciego del derecho. Un enfermero británico me coloca un cigarrillo en la boca, lo enciende y me deja solo. Oigo luego cómo se abre la puerta lentamente y una voz masculina pregunta:

—¿Le molesta que me siente un rato con usted?

Claro que no me molesta. Es un policía militar británico, de unos veinte años de edad. Inquiero a mi vez dónde se encuentra acantonado.

—En Westfalia. Pero ahora me han separado de mi grupo y he venido en avión hasta aquí para vigilarle.

Me cuenta cosas sobre su servicio. Yo le pregunto sobre sus impresiones en Alemania. Pero en plena conversación, parece vacilar y baja la voz.

—Sir, si no le molesta, quisiera preguntarle algo que me preocupa desde hace tiempo: ¿qué clase de hombre fue ese Hitler? Tuvo que haber sido un gran hombre, pues ilusionó a millones de alemanes, les dio trabajo y les construyó autopistas. Luego, en cambio, hizo ajusticiar a otros millones. No lo comprendo.

Me sentí emocionado. Durante veinte años había tenido el convencimiento de que en caso de que sobreviviera al encarcelamiento, mis propios hijos me harían aquella pregunta. Durante veinte años había ido escribiendo en mi celda recuerdos y pensamientos destinados a contestarla; recuerdos y pensamientos que cada catorce días eran puntualmente recogidos y quemados. Y he aquí que aquel joven inglés, nacido después de la guerra, me hacía la presentida pregunta. Aquel inglés que era miembro de una generación para la que el nombre de Hitler no correspondía a ningún hecho vivido, sino que representaba una pura referencia histórica.

Traté de explicarle el fenómeno Hitler desde el principio. Cómo conocí a Hitler cuando yo había cumplido los diecisiete años, cómo me convertí en uno de sus seguidores de tal manera que a los veintiuno era jefe de los estudiantes nacionalsocialistas, y a los veinticuatro, de las Juventudes del Reich y el más joven miembro del Reichstag. Hablamos así durante dos horas, hasta que estuvo perfectamente informado.

Soy el único superviviente de los jerarcas nacionalsocialistas que conocieron a Hitler en la primera época y estuvieron próximos a él. Por ello me propuse entonces informar sobre cómo llegué a las filas de Hitler, cómo le obedecimos y cómo perdimos el Reich alemán.

No hay comentarios:

Publicar un comentario